Galayos; Rosa de los Vientos+ GAME, Duran-Piñon y Eliminator
- Por Carlos Álvarez
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- 29 may, 2019
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Unos días de relax en El Galayar
Después de tres intensos días de trabajo en un "campamento de supervivencia" (uf,uf,uf...) bastante cerca de Arenas de San Pedro, aprovechamos la ocasión para tomarnos unos días de relax escalando por Galayos. El viernes a medio día me recoge Marina y ponemos rumbo a "La Cabra", preparamos todo el material y nos subimos tranquilamente para pasar unos días "asalvajaos" durmiendo en algún vivac cerca del refugio.

El siguiente largo de transición( 6a) nos deposita rápidamente en la base del último largo de la GAME al Torreón.
Al día siguiente amanece con viento y hace frío... así que remoloneamos un poco y no empezamos a escalar hasta eso de las 13:30... no hay prisas.

El siguiente largo va por el diedro, donde se concentran los pasos más finos (6c), para luego al encontrar un clavo salir hacia izquierdas por la placa fisurada y montar reunión en la repisa en la base del siguiente diedro (hay dos spits a la izquierda de la repisa)
Lo encadeno bien a vista aunque al principio hay que templar los nervios para proteger con fisureros pequeños...
En el ultimo paso del techo me precipito un poco y vuelo sobre el clavo, me recoloco y con un par de buenos empotres se salía bien... como diría alguno; no me llego a caer y encadeno!
Vuelta al refugio donde por la tarde llegará Saúl, como siempre cargado de motivación y buen rollo para escalar al día siguiente los tres.
La mañana siguiente vamos a la Eliminator a la Punta Pilar 300m 6c
Echamos al palito mas corto y le toca a Marinita el primer largo, que resuelve con maestría, para mi gusto el largo más duro de la vía con algún paso bastante fino... rondará el 6c.
¡¡GALAYOS NUNCA DEFRAUDA!!
Nos cuesta decidirnos ya que la mayoría de vias tienen buena pinta, al final nos decantamos por Monapancha , una de las clásicas de la pared con 230m de recorrido sobre diedros y fisuras, con muy buena calidad de roca caliza.

Han pasado 21 años e intento ponerme en los pies de una niña. No me cuesta mucho, entre que recuerdo algunas cosas y que, sinceramente, sigo siendo como una niña... Además, releo las notas de mi pequeño diario llamado “Alpes 1997”, me encanta llevar siempre un cuadernito y apuntar sensaciones y curiosidades.
Yo tenía 11 años, mi amiga Yai 12, y estábamos en el Refugio
Vallot, la cabaña de emergencia que hay a unos 400m de la cumbre del Mont Blanc.
Estábamos tumbadas en uno de los colchones, tapadas con una manta rígida y
áspera, no sé si por la suciedad o por el frío. Habíamos comido chocolate,
caducado varios años antes y habíamos dormido un rato con la intención de que
se nos pasara la pájara que teníamos y bajáramos antes de que lo que eran unas
inocentes nubes se convirtieran en una tormenta. Nuestros padres vigilaban la
evolución de nuestro mal de altura.


22 de diciembre de 2015, recibo un mensaje, es Ramón, y
según lo leo los ojos se me abren como platos y una sonrisilla se va dibujando
en mi cara. En el mensaje dos fotos, una de una gran pared y la otra de una
fisura perfecta y una frase que dice “¿te vendrías aquí de expedición?” En el
margen de una de las fotos pone Perestroikacrack,
Kirguistán
. No la conocía, pero ni siquiera la busque, mi respuesta fue
“por supuesto”, con las fotos me bastaba para saber que quería ir allí y
acerté. Así fue cómo empezó la aventura.