HEROÍNA 350m 6b+, ORDESA
- Por Carlos
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- 22 jun, 2019
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Los padres de Marina suben el finde a Jaca para el sábado correr la Quebranta, así que decidimos acoplarnos al plan y así aprovechamos el viaje para escalar otra vez en Ordesa. Llegamos tarde a Jaca y al día siguiente nos toca madrugar a todos, unos para darse el tute sobre la bici y otros para colgarse de las tapias Ordesianas.
Vamos a la Heroína 350m 6b+, otra bonita y limpia vía del Gálvez en la Pared de la Cascada. Después de una horita de aproximación para soltar las piernas y entrar en calor escondemos las mochilas y vamos en busca de la H con la flecha grabadas en la pared.
Echamos a suertes quien empieza a escalar y me toca a mí (últimamente siempre gano yo jeje), el primer largo sale desde la inscripción en la pared buscando lo más evidente hasta el jardín una vez en el cual subiremos un poco más hacia la derecha para montar reunión pasado un gran bloque laceado.
El siguiente largo va en busca de un gran cuerno que sobresale de la pared, debajo de el cual montamos reunión sobre dos clavos en una repisa cómoda.
El L4 y L5 son un poco de transición, son intuitivos y se hacen bien. Nos dejan en la base del diedro chimenea del L6.
Le toca a Marina el L6, al cual es mejor entrarle recto desde la reunión (hay canto) y discurre por una guapa chimenea diedro con pasos muy bonitos.
Sale Marinita a por el siguiente largo que también es muy bueno, empieza por la fisura en la vertical de la reunión, para llegados al techo hacer travesía a derechas por debajo del mismo, después un paso tonto y obligado en el que hay que concentrarse, tras el que, siguiendo en travesía ascendente a derechas, llega a la reunión que se monta en una fisura en la que hay tres clavos.
El L9 al igual que los tres anteriores es muy guapo, salimos de la reunión hacia una vira, la cual atravesamos hacia la derecha hasta encontrar un clavo en la base de una bavaresa de bloques, la cual es puro disfrute con buen canto hasta llegar a la vira en la que montamos reunión. De aquí salimos hacia la derecha hasta encontrar un árbol, desde el cual siguiendo el terreno más evidente llegamos al final de nuestra vía.
Nos encontramos con Alberto, que salía del Diedro del 73, con el que echamos un buen rato y unas risas, bajamos rápido al coche, después de recoger las mochilas, y ponemos rumbo a Canfranc para cenar con María, Buti y amigos, que han corrido la quebranta y no están ni cansados…vaya titanes.

Nos cuesta decidirnos ya que la mayoría de vias tienen buena pinta, al final nos decantamos por Monapancha , una de las clásicas de la pared con 230m de recorrido sobre diedros y fisuras, con muy buena calidad de roca caliza.

Han pasado 21 años e intento ponerme en los pies de una niña. No me cuesta mucho, entre que recuerdo algunas cosas y que, sinceramente, sigo siendo como una niña... Además, releo las notas de mi pequeño diario llamado “Alpes 1997”, me encanta llevar siempre un cuadernito y apuntar sensaciones y curiosidades.
Yo tenía 11 años, mi amiga Yai 12, y estábamos en el Refugio
Vallot, la cabaña de emergencia que hay a unos 400m de la cumbre del Mont Blanc.
Estábamos tumbadas en uno de los colchones, tapadas con una manta rígida y
áspera, no sé si por la suciedad o por el frío. Habíamos comido chocolate,
caducado varios años antes y habíamos dormido un rato con la intención de que
se nos pasara la pájara que teníamos y bajáramos antes de que lo que eran unas
inocentes nubes se convirtieran en una tormenta. Nuestros padres vigilaban la
evolución de nuestro mal de altura.


22 de diciembre de 2015, recibo un mensaje, es Ramón, y
según lo leo los ojos se me abren como platos y una sonrisilla se va dibujando
en mi cara. En el mensaje dos fotos, una de una gran pared y la otra de una
fisura perfecta y una frase que dice “¿te vendrías aquí de expedición?” En el
margen de una de las fotos pone Perestroikacrack,
Kirguistán
. No la conocía, pero ni siquiera la busque, mi respuesta fue
“por supuesto”, con las fotos me bastaba para saber que quería ir allí y
acerté. Así fue cómo empezó la aventura.